SÍMBOLOS DEL RETORNO


En el transitar del camino de retorno a la Unidad el hombre descubre en la naturaleza unos símbolos que dan respuesta a su existencia. En la raíces del árbol que se hunden en el inframundo encuentra el mundo de los muertos, en el tronco la vida y en su copa la trascendencia. 

La montaña que emerge de lo más bajo a lo más alto representa la ascensión que debe seguir en su viaje de retorno al Cielo, siendo consciente que ésta no será tan fácil como la del chamán ni la de los grandes iniciados puesto que el camino es un laberinto lleno de peligros y dificultades. 

A partir del estudio de las principales figuras geométricas y de la numerología el hombre asume la idea del centro (el 1) cómo origen de todo lo creado. Desde el punto central se crea la circunferencia (el 2 cómo desdoblamiento del 1, dualidad), y de él surgen los radios de la rueda de la vida que unen el Creador con la creación y que son camino de ida y vuelta (el 3, la tríada resultante de la dualidad). 

El círculo también evoca la bóveda celeste, y por tanto el Cielo que simbólicamente encontramos en las cúpulas y portadas de muchos templos descansando sobre una base cuadrada (el 4) que representa la Tierra, lo creado. En la unión del Cielo y la Tierra encontramos, la cruz que representa al iniciado (el 5 como suma de 4 +1, cuaternario + centro). 

El punto central de la cruz, personalizado por Jesucristo, guarda relación con la conciliación de los opuestos, de la misma manera que encontramos esta conciliación en el símbolo del sello de Salomón, con la unión de los dos triángulos invertidos. 

Los símbolos y números estudiados nos revelan al Dios creador cómo Centro, Principio y Fin.

En la plancha anterior (Axis Mundi) apuntábamos:

“Podemos interpretar que el eje vertical de la Cruz, el tótem del chamán, el Axis Mundi o el obelisco egipcio conectan el Centro de la Tierra con el Cielo. Las raíces del Árbol del Mundo descansan en el Infierno, el tronco emerge en la Tierra y su copa alcanza el Cielo. Este es el eje por el transita el chamán en su cualidad de psicopompo. 

Los hombres, hijos de la creación, pueden transitar por el eje horizontal, desde el exterior hacia el interior, en un viaje iniciático de retorno al centro a través del principio femenino que permite el nacimiento, la muerte y el renacimiento.”

El hombre, a partir del simbolismo del número 5 representado por el centro de la cruz, también descubre que su misión es transitar por los dos ejes o planos: el horizontal, afín a su naturaleza material y caduca, corresponde al deber de contribuir al mejoramiento de la sociedad que habita; el vertical, afín a su condición espiritual y perenne, le anuncia la ascensión metafísica que debe emprender.

Comentarios