Discurso de Hermes Trismegisto


Si no puedes igualarte a Dios no lo puedes comprender: pues sólo lo semejante comprende a lo semejante. Crece hasta ser de una grandeza inmensa, sobrepasa a todos los cuerpos, elévate por encima de todos los tiempos, transfórmate en eternidad. Entonces comprenderás a Dios. Imprégnate con el pensamiento de que para ti nada es imposible; considérate como inmortal y capaz de comprenderlo todo, las artes, las ciencias y la naturaleza de todo lo que vive. Sube más alto que toda altura, desciende más bajo que toda profundidad. Reúne en ti las sensaciones de todo lo creado: del fuego y del agua, de lo seco y lo húmedo; imagina que estás en todas partes al mismo tiempo: sobre la tierra, en el mar, en el aire; que aún no has sido creado; que estás en el seno materno; que eres adolescente, anciano; que estás muerto y más allá de la muerte. Si puedes abarcar todo eso a la vez en tu conciencia: tiempo, lugares, acontecimientos, calidades, cantidades, entonces comprenderás a Dios. Pero si mantienes a tu alma prisionera en el cuerpo, si la rebajas constantemente diciendo: No comprendo nada, no puedo nada, temo al mar, no sabría elevarme hasta el cielo, no sé lo que he sido, ni lo que seré, entonces ¿qué tienes que ver con Dios?
Hermes Trismegisto

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